Las regulaciones de China contra la adicción ponen a los desarrolladores de juegos estadounidenses en una situación moral incómoda

A pesar de ser el mercado de juegos de PC más grande del mundo, la escena de juegos de PC de China también es la más censurada y regulada. Los desarrolladores de juegos no solo tienen que navegar por una complicada burocracia para obtener la aprobación para lanzar juegos, sino que también deben garantizar que se adhieran a reglas agresivas contra la violencia y el gore, el espiritualismo y los mensajes políticos que no estén alineados con los valores comunistas de China.

En medio de una reestructuración completa de las regulaciones de videojuegos de China, hay una creciente presión sobre compañías de videojuegos como Tencent para desarrollar sistemas que frenen la adicción a los videojuegos al imponer restricciones sobre la frecuencia con la que los usuarios menores de edad pueden jugar. Pero en un contexto más amplio de la sociopolítica está la cuestión de hasta qué punto las compañías que se adhieren a estas restricciones del tiempo de juego dirigidas por el gobierno están fortaleciendo un régimen autoritario.

«Para las compañías estadounidenses, todo se reduce a decidir si está o no dispuesto a participar en este tipo de vigilancia», dijo a The Times el director ejecutivo de Digital Privacy Alliance, Matt Erickson. «Si eligen participar, esto hace que estas compañías no sean inconscientes, sino cómplices en el estado policial chino».

Un informe reciente en el LA Times se centró principalmente en el desarrollador basado en LA, Riot Games, que es propiedad de Tencent, la compañía de tecnología más grande de China que también posee participaciones en compañías de juegos que van desde Epic Games hasta Activision-Blizzard. En este informe, supuestamente Tencent presionó a Riot Games para desarrollar un «sistema contra la adicción» en cumplimiento de las regulaciones propuestas establecidas por el Ministerio de Cultura y Turismo de China el año pasado.

Este nuevo sistema, que ya está implementado en la versión china de League of Legends, tiene características que evitan que los jugadores menores de 18 años jueguen más de dos horas al día y también pueden evitar que los jugadores jueguen durante ciertas horas del día o límite. recompensas basadas en el tiempo. Sin embargo, Tencent no es la única compañía que implementa estos sistemas para mantenerse a la altura del gobierno chino. Los servidores chinos de World of Warcraft han tenido restricciones de tiempo de juego durante años, por ejemplo.

«Si estas compañías se están ejecutando en el extranjero y participan en regímenes autoritarios, entonces es un problema real».
     Jay Stanley

Lo que es preocupante es que estos sistemas requieren que los jugadores ingresen su identificación nacional (similar a un número de seguridad social) para verificar su identidad y hacer un seguimiento de su tiempo de juego. Es una práctica similar a la de otros países asiáticos como Corea del Sur, que a menudo también requiere que aquellos que juegan en línea vinculen sus cuentas a una forma de identificación del gobierno (a menudo a través del proxy de un número de teléfono celular). Pero los activistas de la privacidad digital están preocupados de que los datos recopilados por estos sistemas puedan ser utilizados por el gobierno comunista de China de maneras infames, lo que podría hacer que los desarrolladores de juegos norteamericanos que ayudan a construir estos sistemas sean cómplices.

«Las compañías estadounidenses son parte de la sociedad estadounidense y deben ser instituciones en las que podamos confiar, respetando los valores estadounidenses», dijo al periódico LA Times Jay Stanley, un analista de políticas de la American Civil Liberties Union. «Si estas compañías se están ejecutando en el extranjero y participan en regímenes autoritarios, entonces es un problema real».

Pero eso es exactamente lo que las empresas estadounidenses fuera de la industria de los juegos han estado haciendo durante décadas. A pesar de que Google oficialmente cesó sus operaciones con China en 2010, provocó indignación cuando fue atrapado trabajando en un motor de búsqueda chino censurado el año pasado.

Existe una norma desigual sobre qué relación pueden tener las empresas estadounidenses con China. Los legisladores de EE. UU. Quieren impedir que los inversionistas estadounidenses financien la tecnología de vigilancia china, pero parece que no tienen ningún problema con los talleres chinos que fabrican zapatos usados ​​por la marca de moda Ivanka Trump.

A lo largo de esta conversación está el sistema de crédito social universal propuesto por China que castiga y recompensa a algunos ciudadanos en función de si cumplen ciertas reglas, como no clasificar la basura correctamente o comportarse mal en los espacios públicos. Es concebible que, en el futuro, los ciudadanos puedan ser castigados por el gobierno chino por jugar demasiados videojuegos, ya que las recientes reformas reglamentarias dejan claro que el gobierno cree que los videojuegos son un riesgo para la salud de la sociedad.

Aparte de unas pocas ciudades que implementan de manera independiente sus propios sistemas de crédito social dispares, el sistema universal aún no está implementado y no estará disponible hasta 2020 (junto con sus mecanismos más amplios para monitorear el comportamiento fuera de línea), aunque podría retrasarse mucho más. Ya a 17.5 millones de ciudadanos chinos se les han negado los boletos de avión debido a su bajo puntaje de crédito social de estos sistemas, pero a muchas ciudades en China también les está costando que sus residentes se preocupen por su puntaje de crédito social.

China y los Estados Unidos están actualmente envueltos en una escalada de la guerra comercial, y aunque el seguimiento del tiempo de juego es un motivo de preocupación, existe un desequilibrio en la forma en que China se analiza en la historia de Los Angeles Times. A pesar de tener la tasa de encarcelamiento más alta del mundo, EE. UU. No se describe como un «estado policial» en el contexto de donde las empresas deben operar para mantener su ética. Otra implicación es que, a diferencia de China, el gobierno de los Estados Unidos no trabaja con compañías de tecnología para rastrear a las personas. Eso no es cierto: Google trabaja directamente con la policía, por ejemplo, y una compañía de pruebas de ADN en casa compartió datos genéticos con el FBI.

También es relevante que los desarrolladores con frecuencia alteren los juegos para cumplir con las regulaciones impuestas por otros gobiernos locales. Hasta hace poco, por ejemplo, las imágenes nazis estaban prohibidas para los juegos lanzados en Alemania, mientras que los juegos hechos en Estados Unidos lanzados en Japón también se habían modificado para eliminar el gore y la desnudez. Dado que los gobiernos europeos adoptan una postura estricta contra las microtransacciones depredadoras para proteger a los jugadores menores de edad, el hecho de que una compañía de juegos como Riot Games altere sus juegos de manera similar para cumplir con los estándares del gobierno chino no parece tan irrazonable.

A medida que los desarrolladores de juegos se convierten en organizaciones cada vez más globales, la forma en que se modifican los juegos para ciertos mercados y quién debería tener la última palabra en esas decisiones es una cuestión importante. En el caso de China, las respuestas no son del todo claras en este momento. Por un lado, el sistema actualmente existe principalmente para frenar la indulgencia excesiva en menores. Por otro lado, podría alimentar una red de otros datos que se utilizan de manera injusta contra personas, un problema que no está aislado solo para China.

Si desea obtener más información sobre la complicada relación de China con los juegos, lea mi informe sobre su auge en la escena de los juegos de PC y sobre cómo está luchando por crecer en medio de la creciente regulación gubernamental.

Fuente: PCgamer.com